Esclavos de las redes sociales: la droga del siglo XXI

Ya son parte de nuestra vida cotidiana. Hemos normalizado su presencia en nuestro día a día y no somos conscientes del tiempo y la energía que nos roban.

Ten cuidado, aunque no lo creas, esto nos afecta a todos.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Casi sin darnos cuenta, el Smartphone se ha convertido en un utensilio indispensable para sobrevivir y, con él, las redes sociales.

No ha sido una transición de décadas, esto ha llegado muy rápido y parece que no tienen intención de marcharse de nuestras vidas.

¿Recuerdas cuando antes llamabas a tus amigos a voces por la ventana? ¿O cuando salías a la calle sin nada en los bolsillos y volvías al hacerse de noche? Ahí nadie llevaba un móvil encima y, aún así (nótese la ironía), éramos capaces de ser felices.

Creemos estar más conectados que nunca, pero la realidad es que esto solo hace que se vayan mermando las cualidades que nos distinguían como humanos.

Hemos decidido ser esclavos de las pantallas.

Procrastinación y redes sociales

Funcionan como una auténtica droga. Generan ansiedad y “mono” al poco tiempo de no utilizarlas. Necesitamos estar siempre alerta para no perdernos ninguna novedad.

El problema es que hemos caído en las redes de la procrastinación por culpa de las redes sociales. Toda actividad, por importante que sea, puede esperar si antes tenemos que actualizar nuestro perfil o cotillear lo que ha subido alguien.

El trabajo se vuelve improductivo, las horas de descanso pierden calidad y nuestras relaciones sociales reales no están de moda. Nos estamos olvidando de nuestra vida.

Si no estás en las redes, no existe

Hagas lo que hagas, lo primero de todo, hazle una foto. Sin foto no habrá prueba de nada que hayas hecho. O al menos eso es lo que estamos viviendo.

Nuestro vecino del quinto debe saber, a tiempo real, que hemos pedido una guarnición de patatas o que las toallas de nuestro hotel son azules. ¿Cómo hemos podido pasar todos estos años atrás sin mostrar estas cosas tan relevantes? Uf, estamos vivos de milagro.

Preferimos que nuestros seguidores vean lo que estamos haciendo antes de poner foco en disfrutar de eso mismo. Parece una auténtica locura, pero es algo que todos hemos normalizado.

Ir de vacaciones pierde el sentido si no se lo puedo enseñar a nadie por las redes. ¿Para qué voy a ir a una playa bonita si nadie va a saber que estoy allí? Para eso me quedo en casa.

Qué ridículo suena leerlo, ¿verdad? Pues es lo que tenemos.

Tiempo que no vives

Suma todas las horas que consumes al día en las distintas redes sociales o plataformas de vídeo y series. Ahora multiplícalo por 365 días del año. Haz la prueba real.

Perfecto, ahora que ya sabes el tiempo que has dedicado a ver cómo otras personas viven, plantéate por qué has decidido hacer eso en lugar de vivir tú.

¿De verdad prefieres ver cómo un influencer se come un helado antes de comértelo tú mismo?

El tiempo gastas viendo cómo otros hacen cosas, es tiempo en el que TÚ no estás viviendo esas experiencias ni ninguna otra.

Sentado en el sofá, viendo cómo la gente vive, te quedarán muy pocos recuerdos dentro de unos años. Aunque bueno, puede que te haga ilusión recordar el color de las cortinas que puso un actor famoso o qué nombre le puso a su perrito una cantante.

Espero de corazón que no quieras eso.

Las redes no son malas, pero no las usamos bien

Debemos plantear tiempos de uso adecuados y seleccionar bien el tipo de información que consumimos. Parece una tontería, pero al final de nuestra vida, nos habremos nutrido de muchísimo contenido de estas plataformas. Así que tú decides si quieres haber aprendido muchos bailes de TikTok o haber extraído algo de provecho.

Las redes están aquí, no podemos darnos la vuelta y fingir que no existen. Pero sí podemos darles el espacio que merecen en nuestra vida. Todos, absolutamente todos queremos guardar recuerdos y compartirlos con la gente a la que queremos, pero por encima de todo, debemos centrarnos en disfrutar de cada experiencia de manera consciente y en vivir, sobre todo en vivir.

Antes de despedirnos por hoy, desearte un muy feliz y provechoso día, y recordarte que si te ha gustado esta entrada, puedes suscribirte al podcast en Ivoox o en Spotify y compartirla con alguien cercano a quien pienses que le puede venir bien. ¡Gracias y hasta la próxima!

#TOCAVIVIR

*Los libros empleados y mencionados en las Meditaciones Diarias y posts de tocavivir.com puedes encontrarlos en el apartado «Libros» que encontrarás en el Menú Superior.

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