Ninguno de nosotros será la misma persona en la vejez que en la juventud.
Ninguno de nosotros será el mismo el día siguiente al día anterior.
Todo lo que ves y sientes se modifica con el tiempo, así que guárdate de apegarte demasiado a alguna cosa o contexto, pues no durará. Si hay algo permanente y constante en la vida es el cambio.
En su lugar, dirígete hacia aquello que es eterno, que te acompañará siempre y que te llevará por el mejor camino posible; la sabiduría y la consciencia.
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Hablar del cambio, lleva implícito hablar de una de las personas más populares en relación a esta temática. Nos estamos refiriendo a Heráclito (540-480 aC), filósofo griego más antiguo de quienes los estoicos se inspiraron, como nos recuerda el libro «Ecos Estoicos» de mi amigo Pedro Vivar, en el que además tuve el enorme placer de escribir el prólogo y en el que me he apoyado para elaborar la meditación de hoy.
Este sabio filósofo, nos dejó joyas como las siguientes enseñanzas:
«La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.«
Recuerda esta cita cuando te encuentres ante situaciones adversas e incómodas, y siéntete persona muy afortunada y agradecida cuando salgas de ellas y vuelvas a contextos más agradables.
No des por garantizado nada de lo que dispones a tu alcance hoy, y valora cada ducha caliente, cada rica comida, cada muestra de afecto, cada compañía sincera.
Habitualmente se nos olvida y necesitamos nuevamente sentir el frío para agradecer el calor.
Recuerda esta cita cuando lleguen esos días de los que nadie puede esconderse para siempre. Esos días en los que desearíamos no habernos levantado de la cama, en los que parece que todo se tuerce por mucho esfuerzo y ganas que le pongamos.
Como Séneca nos recordaba:
Abraza esos días como oportunidad de crecimiento, y por muy mal que se ponga el asunto, recuerda que al poco volverá a salir el sol y podremos empezar de nuevo.
Esta quizás sea una de las citas más populares de Heráclito, junto con:
Al igual que un río conservará su nombre pero su cauce y su caudal cambiarán constantemente; tú conservarás tu nombre, pero tu cuerpo, mente y alma no dejarán de modificarse, por lo que cuida pero no te apegues demasiado al primero, pues tiene fecha de caducidad, y ocúpate en mayor medida de cultivar estas últimas, pues son eternas.
Ambas citan nos recuerdan la continua presencia del cambio; la única constante en la vida.
Seguramente hayas conocido alguna vez a la típica persona que está convencida de que «nunca va a cambiar», que «ha sido así siempre y así se morirá». Normalmente este discurso lo empleamos, aunque sea de manera inconsciente para disculpar nuestros defectos y manifestar públicamente que tampoco vamos a poner demasiado empeño en mejorar.
Si casualmente eres tú esa persona, confío que esa actitud va a cambiar tras esta meditación. Sólo tienes que querer. Y si, hay esperanza;
«Hasta las piedras cambian constantemente aunque nuestros ojos no lo aprecien.»
Y además, a diferencia de éstas que están a merced del azote del agua de lluvia, de río o de mar, nosotros tenemos la suerte de elegir ante qué estímulos queremos exponernos en forma de compañías, medios de comunicación, perfiles en redes sociales, lugares,…
Los humanos poseemos una capacidad increíble para moldearnos constantemente y a un ritmo vertiginoso. Esta capacidad esencial de nuestro sistema nervioso se denomina neuroplasticidad y es la principal responsable de nuestro aprendizaje en todos los sentidos; habilidades físicas, emocionales e intelectuales, comportamientos,…
Es la principal responsable de que cuando alguien viene de una experiencia nueva después de un período determinado parezca otra persona, o de que mejores en tu hobbie favorito.
Esto es fantástico, ya que nos permite, si somos conscientes y la ponemos a trabajar a nuestro favor; moldearnos continuamente en la dirección que queramos.
La gran pregunta es…
¿Hacia qué dirección vas tú?
Si te ha gustado este tema te recomendamos la lectura de la Meditación Diaria XXIII: «Tus miedos y lamentaciones no van a dar el paso por ti« y la Meditación Diaria XXXIV: “Tu propia búsqueda.”
Antes de despedirnos por hoy, desearte un muy feliz y provechoso día, y recordarte que si te ha gustado esta meditación diaria, puedes suscribirte al podcast en Ivoox o en Spotify y compartirla con alguien cercano a quien pienses que le puede venir bien. ¡Gracias y hasta mañana!
#TOCAVIVIR
Libro empleado
La meditación de hoy está inspirada en la Carta LVIII del libro «Cartas a Lucilio» y el libro «Ecos Estoicos«.
*Los libros empleados y mencionados en las Meditaciones Diarias y posts de tocavivir.com puedes encontrarlos en el apartado «Libros» que encontrarás en el Menú Superior.