Se encontraba sentada en la cama, junto a su joven hijo, donde éste yacía consumiendo sus últimos momentos a causa de la enfermedad…
En un momento dado, esta madre, siendo consciente de que el final se aproximaba a pasos rápidos, se inclina suavemente para sentir más de cerca los que pueden ser los últimos segundos de su querido hijo, quien con los ojos cerrados y la boca ligeramente abierta, decide gastar la poca energía que le queda para entregar sus últimas palabras a su amada madre…
«Es todo tan sencillo Mamá… es todo tan sencillo… «
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El espíritu de este mensaje, de este momento, trata de hacernos parar un momento y observar…
En qué estamos invirtiendo nuestro tiempo…
… qué cosas estamos realizando que nos hacen ir más rápido de lo necesario, complicarnos más de lo necesario, estresarnos más de lo necesario, irritarnos más de lo necesario…
… qué partes de nuestra vida nos están haciendo forzar más de la cuenta, cansarnos más de la cuenta, y donde sin ser conscientes, dejamos de ESTAR más de la cuenta,…
Cuando quizás, para disfrutar del camino, ya seríamos suficiente y sobradamente felices con una vida sencilla, realizando cosas sencillas y con «necesidades» sencillas. Aquellas que a menudo permanecen ocultas entre ese frondoso bosque de preocupaciones y quehaceres, en muchas ocasiones innecesarios o reemplazables.
«Es todo tan sencillo… es todo tan sencillo… «
Simplemente para un momento… haz una pausa… cierra los ojos… RESPIRA profundo y disfruta de la progresiva salida del aire en tu exhalación…
«Es todo tan sencillo… tan fácil en esencia… tan complicado en nuestra mente… «
Normalizamos y estandarizamos por defecto un estado de alerta y ansiedad continua, por la mera aceptación de una mayoría desconectada y desorientada en medio de la vorágine de lo innecesario… de lo superfluo… del qué van a pensar los demás si…
Normalizamos el empujar hasta no poder más, hasta estar exhaustos, hasta agotar toda nuestra reserva de energía.
«Para un momento… haz una pausa… cierra los ojos… RESPIRA profundo… y deja salir el aire…»
¿Cuánto tiempo crees que es necesario?
¿Cuánto tiempo sueles dedicar de continuo y sin interrupciones con tu atención 100% focalizada en algo? ¿En una lectura, en una conversación, incluso en un único pensamiento?
Ahí va la respuesta; 3 SEGUNDOS. ¡Tan SOLO 3 SEGUNDOS!
Un regalo de tres segundos.
Un regalo de entrega inmediata y tan bajo coste que no acepta devolución.
Un regalo de tres segundos que hacerle a los demás con tan solo tu simple presencia y tu plena atención.
Un regalo de tres segundos que hacerte a ti mismo parando la frenética maquinaria mental para simplemente ESTAR…
… para pausar por un momento nuestros continuos viajes relámpagos al futuro y que no se nos olvide que los pies, nuestra salud y nuestros seres queridos nos esperan en el presente.
«Para un momento… haz una pausa… cierra los ojos… RESPIRA profundo… y deja salir el aire…»
Si te ha gustado este tema te recomendamos la lectura de la Meditación Diaria LXXIX: “La pregunta que aplicar a todo lo que hacemos.” y la Meditación Diaria LXXXI: “Vivir es una cosa, cumplir años es otra.”
Antes de despedirnos por hoy, desearte un muy feliz y provechoso día, y recordarte que si te ha gustado esta meditación diaria, puedes suscribirte al podcast en Ivoox o en Spotify y compartirla con alguien cercano a quien pienses que le puede venir bien. ¡Gracias y hasta mañana!
#TOCAVIVIR
Libros empleados
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