Adaptación de la III Carta a Lucilio de Séneca: «De la elección de los amigos».
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Si consideras “amigo” a alguien y en esa persona no depositas la confianza que tienes en ti mismo, te estás equivocando y no conoces suficientemente la fuerza de la amistad verdadera.
Trata y habla con tu amigo de todas tus cosas, pero ante todo, sobre él mismo.
Séneca
Una vez que ya hay amistad se ha de ser fiel; pero antes de ella se debe juzgar. Es absurdo hacer lo contrario y confiarse antes de conocer para romper esa confianza cuando se conoce.
Para evitarlo, reflexiona durante largo tiempo si debes recibir a alguien como amigo, y una vez lo tengas claro, admítelo con toda tu alma y comunícate con él como contigo mismo.
Haz partícipe a tu amigo de todas tus inquietudes y pensamientos. Si lo juzgas fiel, lo harás fiel.
Séneca
Algunos aconsejaron engañar, mientras temen ser engañados, y a otros les impulsó la desconfianza a la infidelidad. Pero pensemos, ¿por qué guardarme ante mi amigo algunas explicaciones?, ¿Por qué no me considero sólo y en paz ante él?
Algunas personas tienden a contar sus intimidades al primero que sale a su encuentro, cuando eso solo debería confiarse a las amistades.
Otros, al contrario, reservan sus pensamientos y sentimientos solo para ellos, cerrándose a sus personas más queridas.
No debe hacerse ninguna de estas dos cosas, pues ambas son un defecto; tanto confiarse a todo el mundo como no confiar en nadie.
La combinación de ambas en su dosis adecuada es el desafío a conseguir y para ello, como diría Séneca;
Reflexiona en la naturaleza; ella te dirá que hizo el día y también la noche.
Séneca
Libro empleado
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