¿Hace cuánto no estás en silencio?
Me preguntarás; ¿te refieres a permanecer en un espacio sin ruido?
No. Me refiero al verdadero silencio. A cuando la lengua más habladora de todas se calla. Esa lengua que se encuentra en tu mente y que rara vez conseguimos acallar.
¿Hace cuánto no se calla?
Invítale a hacerlo.
En ocasiones, invertimos mucho tiempo tratando de aprender lo que nos aconseja una persona más despierta o con más experiencia que nosotros. No obstante, todos llevamos un gran maestro dentro, y solo tenemos que escucharle para identificar en qué dirección debemos continuar.
Cuando lo haces y escuchas esa voz que te habla desde dentro, ¿qué tipo de pensamientos te vienen a la mente?
Puedes suscribirte aquí al podcast en Ivoox o en Spotify
¿Están relacionados con el inconformismo acerca de las actitudes o acciones de otras personas? ¿De las tuyas propias? ¿Te mete prisa por algo? ¿Acaso llegas tarde todo el rato? ¿O te dice que no vales lo suficiente y que así no vas a gustarle a nadie?
Escuchemos a esa mente parlanchina, y una vez haya hablado… TSSSSSSS
SILENCIO.
Ahora nos toca ponernos manos a la obra a nosotros. Lo haremos con calma, despacito y con buena letra. Y para ello, nada mejor que la quietud interior.
Invitaremos a nuestra querida mente de manera tranquila a que permanezca calladita un rato y una vez lo hayamos conseguido, aquello que hemos notado que nos incomoda de los demás será lo primero que empezaremos a trabajar en nosotros mismos.
«Cuando todo el mundo a tu alrededor es un capullo; el capullo eres tú, y lo que más te incomoda de los demás suele tener que ver bastante contigo.»
Si identificamos que nuestros pensamientos tienden a meternos prisa y a endulzarnos el día con un buen bollicao de estrés, esta vez nos revelaremos e iremos todavía más despacio.
Y si le da por hablar mal de nosotros, no nos lo tomaremos muy en serio y realmente reflexionaremos acerca de si eso es cierto, e incluso mejor; le preguntaremos a nuestra gente de confianza qué piensan acerca de ello.
Nuestra mente alberga un poder infinito, que puede jugar en nuestra contra o a nuestro favor en función de lo que la hayamos entrenado y gobernado, al igual que el caballo más potente y salvaje puede ganar cualquier carrera si es domesticado, o de lo contrario, ni siquiera permitir que alguien se suba encima suya.
Sabrás que estás en calma cuando ningún ruido o persona te saque de ti y te haga perder el control.
«Ningún reposo es tranquilo sino el que la razón ha puesto en orden.»
Séneca (3-65 dC)
Si te ha gustado este tema te recomendamos la lectura de la Meditación Diaria XII: Gánate el poder sobre tu mente« y la entrada de blog sobre Viktor Frankl – El Hombre en Busca de Sentido.
Antes de despedirnos por hoy, desearte un muy feliz y provechoso día, y recordarte que si te ha gustado esta meditación diaria, puedes suscribirte al podcast en Ivoox o en Spotify y compartirla con alguien cercano a quien pienses que le puede venir bien. ¡Gracias y hasta mañana!
#TOCAVIVIR
Libro empleado
La meditación de hoy está inspirada en la Carta LVI del libro «Cartas a Lucilio» titulada; “El ruido no impide el estudio del sabio.”
*Los libros empleados y mencionados en las Meditaciones Diarias y posts de tocavivir.com puedes encontrarlos en el apartado «Libros» que encontrarás en el Menú Superior.